Rockuerdos

Crónicas de un fan del rock

martes, junio 17, 2008

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He aquí el primer grupo del que me hice fan y compré mi primer disco, un álbum en vivo con todos sus éxitos hasta ese momento. 1977 fue un año de grandes cambios para mí, porque además empezaba el colegio secundario y por un hecho exquisito que me hizo dejar la niñez para siempre.

Las primeras noticias de los Bee Gees me vinieron en blanco y negro desde el televisor. En 1976, todos los martes a las 20 hs. pasaban un programa que se llamaba The Midnight Special y yo no me lo perdía nunca, principalmente porque me habían encantado las voces y las melodías del trío que recién estaba descubriendo. Temas como “Nights on Broadway”, “Holiday”, “I Can’t See Nobody”, “I Started a Joke”… y tantos otros me produjeron lo mismo que a muchos adolescentes de los sesentas, los Beatles.
Para mí se convirtió en un clásico enfrentarme con un compañero del colegio que era fanático de los Fab Four. Discutíamos acaloradamente acerca de cuáles eran las mejores melodías y todo eso… Fue lamentable que por esta causa yo haya negado a los Beatles por tanto tiempo.
Recuerdo cómo me gozó cuando fuimos juntos al estreno del Sargento Pepper al cine América. Esta película protagonizada por los más exitosos grupos y solistas del momento hizo que aplacara mi orgullo y que estoicamente aceptara que los Bee Gees interpretaran temas de los Beatles.

La historia con la película Melody comienza un poco antes para mí, en casa de mi abuelo, cuando una tarde curioseando el combinado de mi tío mayor descubrí un simple con la foto de dos niños en la portada, pero lo que más me llamó la atención fue el nombre del grupo: The Bee Gees. La tentación fue demasiada y sucumbí escondiéndome el disco entre la ropa y llevándomelo a casa. Esos cuatro temas fueron lo más bello que escuchaba al llegar del colegio cuando, encerrado en mi cuarto ponía el disco y me tapaba completamente con la frazada. Tiempo después pasé frente al cine Lavalle y un afiche anunciaba el reestreno de esta película que hasta el día de hoy considero la más bella de todas. Debe ser porque la vi en ese momento justo en que la niñez le da paso a la adolescencia…
Lo que más me conmovió fue cuando aparece la protagonista y comienza a sonar “Melody Fair”, en ese momento mi vida cambió para siempre. Me enamoré completamente de ella, me enamoré de Londres y jamás un cementerio me pareció tan encantador como en esta maravillosa película. ¿Quién no soñó con protagonizar una historia de amor como esa?
Otro tema de la banda sonora llamado “Da lo mejor” me hizo acordar a un amigo al que le presté el simple de Melody y nunca me lo devolvió porque lo dejó en la luneta del auto y el sol lo destruyó. Como el de Maurice, el espíritu de este amigo también partió y ahora lo evoco con mucha emoción porque él me prestó aquella vez “El Jardín de los Presentes”, un presente por el que le voy a estar eternamente agradecido, igual que a Melody, por aparecer justo en la primavera de mis trece años… En la mañana de mi vida.