Rockuerdos

Crónicas de un fan del rock

lunes, enero 22, 2007

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“No salgas, enseguida paso a buscarte por tu casa” –me dijo por teléfono- el tono era muy eufórico, no era para menos, mi amigo se había comprado su primer 0 Km. y me estaba invitando para que lo acompañe a probarlo. Era un fresco otoño del ‘97 y a la tarde efectivamente llegó, en un reluciente Ford Ka color lila.
Cuando me subí, comenzó a sonar en el estéreo algo que hacía tiempo que no escuchaba: Deep Purple, qué bueno, los parlantes estallaban y nosotros con las ventanillas completamente cerradas seguíamos aturdiéndonos como en la adolescencia. En realidad, parecía que en vez de probar el auto lo que él quería era probar el estéreo.
“Made in Europe” nos acompañó gran parte del viaje, fuimos por la ruta nueva que estaban haciendo para Chile. La imagen que quedó para siempre en mi memoria fue la del cielo limpio con los colores del atardecer pasando frente a la Destilería que brillaba como una gema con la llama eterna del mechero ardiendo en lo alto tornándolo todo naranja y… púrpura. Había fuego en el cielo y la música de fondo cerraba toda esa instantánea que parecía de otro mundo.
Deep Purple fue el primer grupo de rock que conocí y me hice fan de ellos en el acto. Un compañero de la secundaria tenía el Made in Japan, yo me compré el Made in Europe, así que lo primero que escuché fueron esos grandes conciertos.
Fue mi primer grito de batalla y también la primera vez que subí el volumen más de lo normal. Era decir con todo el convencimiento: ¡ésta es mi música, escuchen todos, aquí estoy!
Cómo habrá sido de fuerte que una vez a la siesta en la casa de un amigo estábamos grabando discos e hicimos saltar al padre de la cama, ¡nos sacó re cagando! yo agarré los discos que había llevado y salí corriendo a tomarme el micro, cuando llegué a mi casa me quise morir cuando ví que el sobre de “¿Quién nos creemos que somos?” estaba vacío, el disco se había quedado en la bandeja de mi amigo… eran esas épocas en que yo realmente dormía tranquilo si sabía que todos mis discos estaban bajo mi propio techo.

Hace poco sonó mi teléfono, era mi amigo Pancho desde Córdoba para saludarme por mi cumpleaños y me dijo: “¡mañana voy a ir a ver a Deep Purple!”. Al día siguiente sonó de nuevo mi teléfono y escuché un sonido atronador, era “Humo sobre el Agua” ¡en vivo y en directo!, solo alcancé a escuchar “Feliz Cumpleaños” y después todo el tema hasta el final, sentado en mi cama.
Luego en silencio, no pude evitar reflexionar sobre la cantidad de situaciones y emociones que me sigue brindando el rock hasta el día de hoy, algo que para mí ya es un viaje sin retorno. Un gran viaje donde Deep Purple es sin dudas una de las estrellas del camino.

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