Rockuerdos

Crónicas de un fan del rock

sábado, septiembre 23, 2006

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Está el cielo en rebeldía,
qué verde viene la lluvia,
qué joven la puntería…

(Daniel Viglietti)

Eran hermosas aquellas tardes cuando estaba a punto de anochecer, el aire limpio inundaba nuestra casa, mi viejo encendía la radio y la música lo llenaba todo…
Yo siempre esperaba el mismo tema y cuando empezaba, algo inexplicable me ocurría, una euforia solo comparable a cuando salía de la escuela o cuando recibíamos encomienda de Mendoza con soldaditos y autitos que nos enviaba mi tía.
En esa época vivíamos en el interior de la provincia de Salta -donde habían trasladado a mi viejo- en una casa modesta con patios muy grandes, ahí pasé una infancia soñada rodeado de naturaleza y tuve el disco que más escuché en mi niñez: “Canciones Chuecas” del trovador uruguayo Daniel Viglietti. Mi viejo lo escuchaba seguido y a mí me empezó a gustar, tanto que cuando me quedaba solo lo ponía y me sabía todos los temas de memoria.
Eran los primeros años de la convulsionada década del setenta y uno de nuestros juegos preferidos con mis amigos era la guerra. Teníamos infinidad de lugares para escondernos y explorar. Una vez muy lejos de nuestras casas, el escenario de batallas infantiles se hizo real cuando vimos pasar camiones del ejército cargados con soldados. En ese momento arreciaban los enfrentamientos con la guerrilla supe después. Me acuerdo claramente escuchar por la radio comunicados que pedían a la población no dar asistencia ni víveres a los guerrilleros porque eso era traición a la patria.
A mí me gustaba más escuchar en la radio ese tema cantado en inglés…
Algunas veces venían de visita dos amigos de mi viejo y se quedaban horas charlando en el patio tomando vermouth y fumando. Yo los observaba de lejos con mucha curiosidad y me preguntaba de qué hablarían con tanta pasión. También escuchaban el disco de Viglietti que a mí tanto me gustaba.
Un día nos fuimos de paseo a la ciudad de Salta con toda mi familia, uno de los amigos de mi viejo nos llevó en su auto, lo acompañaba una hermosa chica rubia que era su novia. Fuimos todo el viaje cantando los temas de Viglietti con un bello paisaje como telón de fondo. La alegría que inundaba el Fiat 125 amarillo se terminó de golpe cuando en un puesto de la ruta unos soldados detuvieron el auto.
Mostramos los documentos pero no fue suficiente, hicieron bajar al conductor y se lo llevaron. Tardaba muchísimo y yo le pregunté a mi viejo qué pasaba, me dijo que estaba todo bien y que le estaban tomando los datos, nada más.
Un rato después nos hicieron bajar para revisar el auto, luego apareció él y en silencio nos fuimos.
Resulta que este amigo de mi viejo era un activista de la guerrilla, mi viejo sabía, lo que no sabía es que en el baúl del auto llevaba muy bien escondidos unos panfletos por demás comprometedores que nos podrían haber hecho desaparecer a todos.
El ambiente estaba muy pesado, era 1973 y era tiempo de regresar a Mendoza.
Como una broma del destino después me enteré que aquel tema que tanto me gustaba era de Paul McCartney y Wings, su nombre: “Banda en Fuga”.


https://youtu.be/KBX2dySWGew