Rockuerdos

Crónicas de un fan del rock

jueves, junio 01, 2006

8


“Soy Carlos Alberto García Moreno, nací en Cabashito…”
Esas fueron las primeras palabras de Charly García que escuché sin música desde una radio destartalada, alguien le hacía un reportaje. Eran tiempos de “La Máquina de Hacer Pájaros” y el tema “Cómo Mata el Viento Norte” llenaba mis días y me dejaba una marca indeleble.
Meses antes había conocido a un pibe del barrio que tenía hermanos mayores y rockeros. Él iba para todos lados con su guitarra criolla y nos juntábamos varios en la placita a escucharlo cantar esas canciones desconocidas para la mayoría. De tanto hacerlas, algunas me empezaron a gustar y un día le pregunté:
-¿de quién son esos temas?
- de Sui Generis
Me dio mucha pena cuando me dijo que el grupo estaba separado desde hacía un año.
“¡no puede ser, con lo buenos que son!”, pensé.
En 1979, vi a Charly por primera vez en vivo. Vino con Serú Girán a presentar “La
Grasa de las Capitales” al estadio Anzorena. Vi todo el recital desde afuera, trepado a una pared que estaba detrás y pegada al escenario. ¡Esa si que es una postal de rock!
Me acuerdo cuando empezaron con el tema “La Grasa…” y dijo displicente: “Quebracho, poné el disco”, hicieron como Queen en “Bohemian Raphsody”, porque la introducción coral era muy difícil de lograr en vivo.
“El tema” de este disco y para mí, el mejor de todas sus épocas es “Viernes 3 a.m.”, con esa melodía y letra grandiosas, Carlos redondeó una obra magna.
Por supuesto, después del recital salté la pared para pedirle un autógrafo, yo había llevado una foto del grupo con el auspicio de Rosaenz en el reverso; primero lo encaré a Moro que estaba copado con la noche espectacular que había, “el clima es bárbaro, Mendoza es increíble”, dijo. Después me firmaron David y Pedro, por último, Charly me firmó amablemente, ¡pero se llevó mi lapicera!, se la metió en la boca y se fue caminando como si nada, yo por detrás “Charly, devolveme la birome”, atravesamos todo el estadio hasta la vereda, se subió a un auto que lo esperaba, cerró la puerta, bajó el vidrio y por fin me la devolvió.
La última vez que estuve tan cerca de él fue en un boliche del centro. Llegué con una amiga muy tarde, alguien se sacudía con “It´s Only Rock and Roll” de los Rolling, vestía sólo un jean. “¡Mirá, es Charly!”.
Bailaba marcando el ritmo con sus brazos largos, parecía un saltamontes aturdido.

Recientemente conocí a la hija de Jorge Basurto, aquel humorista que le hacía los libretos a Tato, entre otros. Me dijo: “el rock and roll es lo que mantiene jóvenes a las personas”, y me contó: “hace poco estuve en un casamiento en una quinta del gran Buenos Aires, en un momento del baile, un tipo de algo más de cincuenta años y regordete se puso a bailar rock clásico. Era impresionante cómo se movía, se veía hasta sexy, tenía una vitalidad y un brillo en sus ojos como alguien de veinte años”.
Esto ya lo vienen demostrando desde hace tiempo los Rolling Stones. Ellos nos enseñaron que a los sesenta años podés seguir teniendo onda, además de hacer rock. Acá en la Argentina Charly es un capo en esto. Un tipo que sigue teniendo fines de semana salvajes. Total, “… los lunes, ya se siente bien”.